Un estudio publicado recientemente en el Journal of Parkinson’s Disease sugiere que practicar regularmente ejercicio puede ralentizar el avance de la enfermedad de Parkinson incluso en los estados más avanzados de la enfermedad.
Los investigadores estudiaron durante más de dos años a 3.408 pacientes procedentes de Estados Unidos, Canadá, Países Bajos e Israel e identificados por la organización National Parkinson Foundation, participante en el estudio. Una parte de los pacientes realizaron 2,5 horas o más de ejercicio semanal, mientras que otro grupo no realizaba nada de ejercicio, o lo hacía pero menos tiempo a la semana. Se evaluaron los cambios de movilidad relacionados con la enfermedad a través de una prueba consistente en calcular el tiempo que tardaban en levantarse de una silla, caminar tres metros, darse la vuelta y volver a sentarse.
Los investigadores midieron la mejora de la calidad de vida de los afectados utilizando el PDQ-39, Parkinson’s Disease Questionnaire-39, y concluyeron que las personas afectadas por la enfermedad de Parkinson que realizaron alrededor de 150 minutos de ejercicio semanal, tras dos años presentaron un menor deterioro de la movilidad en comparación con las que no realizaron ejercicio o lo hicieron durante menos tiempo. Además, el estudio también desvela que las personas con párkinson en estado avanzado obtuvieron mayor beneficio incrementando el ejercicio 30 más minutos por semana.
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